De tal palo tal mascota

Dicen que toda mascota se parece a su dueño. Todavía no se comprueba si son los dueños los que compran a las mascotas parecidas a ellos o la mascota la que se va adaptando a la fisonomía del que le da de comer. El caso es que el 90% de las veces yo he comprobado esta regla. Y así, vemos a señoras muy elegantes con perros que parecen sacados de una revista de moda o french poodles jalados por personajes con peinados más altos que pastel de quinceañera.

Este fenómeno se da en todos los sectores de nuestra sociedad. Y ahora con la venta de perros piratas en el centro de esta ciudad seguramente se ha cumplido el sueño de miles de personas de encontrar a la mascota con el parecido casi perfecto al de ellos un domingo acabados de levantar. Lo único malo es que nada les asegura que puedan seguir conservando el parecido después del primer baño.

Donde se me empieza a complicar la cosa es con los nombres de las mascotas. El dueño se parece a la mascota y el mismo dueño le pone nombre a la mascota, entonces ¿estamos hablando de un deseo interno por llamarse así, o por lo menos de parecerse al nombre escogido?

Si este es el caso, hay miles de mexicanos que les gustaría ser Rocky, Rambo, Tyson, Gladiador, Zeus, Duque o Princesa, Duquesa, Reina, Barbie y hasta Frida.

No quiere decir que este sea el caso de todos los dueños de mascotas, hay quién utiliza el nombre de la suegra para llamar al perro y así poder gritarle todo el día o quien usa un nombre que el animal tiene que cargar ridículamente como los chihuaheños llamados Gigante o Godzilla.

Pero una cosa me queda clara, antes de caminar por las calles con una copia en miniatura de mi ser o tener que llamar a un pobre perro con un nombre ridículo de alguien que me cae bien como Woody Allen, mejor sigo evocando mis múltiples alergias al pelo de animal. Nadie...

Nota: Todos los nombres de mascotas de este artículo son reales, algunos de personas conocidas y otros encontrados en la red.