
Las cosas se resuelven poco a poco que no hay prisa. Basta ir a una oficina del seguro social o el MP en época navideña para encontrar a la mitad de los oficinistas en el intercambio de regalos, otros cuantos pagando la tanda, unos más comiendo la torta que se conservó calientita en el archivero y por último los que están haciendo las decoraciones como santa clauses de papel maché o coronas de migajón. Los demás que esperen su turno.
No es que no le demos valor al tiempo, al contrario lo valoramos tanto que consideramos que ningún trabajo, por mejor pagado, es tan valioso como para quitárnoslo. Así el tiempo vale oro, ya lo que se haga con él es cuestión de gustos.
Todo esto me hace pensar que los mexicanos somos los hombres del mañana. ¿Cuándo llegaremos a ese mañana tan esperado? Nadie lo sabe, lo único que sabemos es que vamos pian pianito.
Nadie...
3 comments:
La visión que comentas dercribe muy bien a la sociedad mexicana. Te felicito
Dicen que el maestro es el mejor maestro...y el más severo, mata a todos sus alumnos.
Perdón, creo que escribí mal, decía:
Dicen que el tiempo es el mejor maestro, y el más severo...mata a todos sus alumnos.
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