
Hace unos años los taxistas empezaron a hacer mini-bunkers en sus taxis para evitar ser asaltados. La construcción metálica, que nadie les garantiza que sea a prueba de balas, llega a pesar más que el mismo vocho ecológico. El espacio mínimo para insertar el dinero sólo trae consigo perdida de tiempo y frustración. Y por si fuera poco la misma puerta del conductor queda tan poco protegida que el asaltante muchas veces opta por bajarse y dar la vuelta.

En las calles no faltan los que cargan con navaja de explorador, pistolita de agua para disimular o el que hace dos movimientos que parecen de Tin-tan bailando y dice que es cinta negra en Karate.
Lo que si les puedo decir, con toda seguridad, es que la mejor protección sigue siendo un santo en la cartera y en caso de ser atacado flojito y cooperando.
Nadie...
1 comment:
me urge un spray pimienta!
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