11.24.2006

El Pilón

Gratis hasta las puñaladas, decía mi abuelo. Los mexicanos siempre estamos en la búsqueda de conseguir algo gratis. Hasta pensamos que las cosas gratuitas saben mejor, se sienten mejor o hasta sirven mejor. De ahí que la cultura del pilón sea tan efectiva para generar fidelidad. "Vamos con la marchanta que siempre me da pilón".

Obviamente la globalización y la tecnocratización de nuestro país está acabando con esta cultura. Al pasar de los mercados a los "supers" transnacionales con grandes controles de costos, se perdió la buena fe de los despachadores de regalar productos para mantener a la clientela.

Aunque mucho mexicanos el pilón nos lo seguimos cobrando a la brava. Sólo hace falta dar una vuelta por los pasillos del supermercado para encontrar bolsas de papas abiertas, huesos de ciruela o un camino de rastros de chicharrón en versión mexica del famoso cuento de Janzel y Greta.
Y digan los economistas lo que digan, en este país sí se ahorra, esta es nuestra muy mexicana forma de ahorrar. No tendremos grandes fondos o inversiones, pero si sacamos algo gratis ya la hicimos. ¡Quiero mi pilón!
Nadie...

11.15.2006

Símbolos Urbanos

Una de las consecuencias de vivir en una gran ciudad es tener que aprender a leer los símbolos de la misma. Nuestros antepasados se caracterizaban por la lectura de los símbolos en la Naturaleza, esta los guiaba en sus vidas con simples cambios en el clima, apariciones de animales o conjunciones de señales. Ahora es nuestro turno para leer las señales de la modernidad y dejarnos guiar por los nuevos símbolos.
Estas señales aparecen en los lugares que menos nos imaginamos. La mayoría de las veces tenemos la respuesta a lo que nos preguntamos frente de nuestros ojos pero no la queremos ver. La vida nos pone las señales tan claras como un anuncio espectacular pero por la saturación, como la del periférico de la ciudad de México, nos seguimos de largo y no los vemos.

Los espectaculares más allá de promocionar ciertos artículos o candidatos a puestos públicos, traen señales escondidas que nos pueden llevar a reflexiones más profundas. El otro día, atorado en el tráfico, pasaba por horas de vacío reflexivo cuando vi la siguiente frase en un anuncio: "Este instante no se repetirá". En ese momento caí en una profunda reflexión del tiempo perdido en el tráfico que bien podría ser aprovechado para la introspección.
Así los mensajes escondidos en las carteleras que inundan esta ciudad de contaminación visual nos pueden dar pequeñas lecciones que pueden hacer de un recorrido por el periférico toda una sesión introspectiva. Hay que aprender a leer los símbolos de nuestra era, los nuevos símbolos urbanos, para poder entender mejor a nuestra ciudad y nuestra cultura y así evitar dejar pasar las señales de largo. Y como dice el espectacular de Scrabble "PREVENIR vale más que LAMENTAR".

Nadie...

11.10.2006

El Fan


Siempre he considerado al fanatismo como el principio de la decadencia humana. El simple hecho de llegar a pensar en morir por estar cerca de una celebridad está fuera de mi concepción del valor de la vida. Esto no quiere decir que he dejado de admirar a ciertas personas por sus talentos o su capacidad de hacer cosas que yo difícilmente podría lograr. Talentos que difícilmente me llevarían más lejos de cantar en la regadera, del bailongo en las bodas o de ambas en una noche de kareoke con varios tequilas encima.

El fanatismo puede llegar a tal extremo que las personas que sufren de este síndrome se mimetizan con el personaje alabado. Así las celebridades se ven reflejados en miles de personas igualitas a ellos pero como de un mundo bizarro. Lo último que nos hacía falta en este país son miles de copias de Paulina Rubio con diferentes acentos y tallas.
Otra de las características de este síndrome que no entiendo, es el concepto de ser tocado. Las personas pueden pasar días e inclusive semanas sin lavarse la mano, el brazo o el pelo por que fueron tocados por la estrella que roba su individualidad. Como si de alguna forma el tacto los hiciera más cercanos o sirviera de memoria fotográfica del mágico momento en el que la personalidad se digno a escogerte de entre miles de personas para regalarte un insípido segundo de su atención.
Dicho todo lo anterior y con gran repudio a ser esclavizado por una conducta como esta, tengo que confesar que me declaro un gran fanático pero de los mexicanos. Y soy fanático por miles de cosas pero sobretodo por llevar todo al extremo y por tener la capacidad de admirar casi cualquier cosa.
Nadie...

11.02.2006

Ay Nanita


Las tradiciones 100% mexicanas siguen conservando su lugar en nuestra vida aunque se sostengan de un delgado hilo. La invasión de las costumbres gringas ha llegado hasta lo más profundo de nuestros huesos. Pero por más que las cosas cambien, la esencia de lo nuestro jamás se perderá.
El día de muertos, además de un día de asueto para la mayoría de los burócratas y algunas personas más, es una de las tradiciones mas peculiares de nuestro país. Ayer trataba de explicar a un extranjero esta fiesta pero cuando llegue al pan de muerto me vio cara de caníbal y decidió no preguntar más. Por más que me esforcé en darle todo un contexto cultural, histórico y hasta patriótico del asunto cuando llamó a su esposa le dijo que los mexicanos hacemos picnics en los cementerios, que tenemos calaveras de azúcar y que rendimos tributos a la muerte. Ella sólo contesto "Cuídate".
Sí, somos difíciles de entender, pero eso es lo que nos hace tan especiales y únicos. Con todo y la influencia gringa y tener que ver altares llenos de calabazas y no por que fueran el platillo preferido del difunto, la tradición sigue y seguirá. La economía nos ha hecho adaptarnos, los niños en la calle pasaron de "No me da mi calaverita" a "No me da mi Jalowin" y seguro les está redituando.
Ya sean calacas o brujas, pan o calabazas, calaveras o dulces el chiste es que una vez más sacamos el ingenio, el espíritu fiestero, el respeto por las tradiciones y especialmente por la muerte. Ay nanita.
Nadie...