La Familia Bonafina

Un domingo cualquiera. El sol ilumina los espacios verdes del parque de Chapultepec. Todo es tranquilidad ya que los vendedores ambulantes aun no han llegado. Tampoco las excursiones de las escuelas ni los organizadores de fiestas infantiles. Se respira un aire diferente aun cuando la contaminación logra traspasar la muralla boscosa de sus árboles.

A los lejos, como una visión en el desierto, aparece en escena nuestro protagonista principal. Al principio sólo se ve un destello de luz entre la vegetación. Poco a poco el color rosa mexicano, que aunque poco encontrado en su forma pura en la Naturaleza, se mezcla perfectamente con el paisaje. Las siluetas de esta forma amorfa se empiezan a definir dejándonos ver que no es una sola y mas bien son cinco siluetas unidas discretamente.

Así es como aparece nuestra familia Bonafina. Familia que acostumbra hacer ejercicio todos los días y para lo cual han comprado pants rosa mexicano en todos los tamaños. Después de siete segundos de calentamiento salen tomados de las manos corriendo por los caminos que conducen al Lago Mayor. Entre atropellos y gritos para no perder la formación perfecta, la familia logra correr de la mano por doscientos metros para llegar a aventarse al césped llenos de agitación.

Acto seguido y ya echados en el césped, la madre saca la Bonafina familiar y bolsas de plástico para compartir. Qué mejor que un jugo energizante y natural después de haber llevado al cuerpo a esos extremos físicos.

Unos minutos después la familia desaparece en el horizonte con la gran expectativa de que algún día tanto esfuerzo físico se verá reflejado en sus hermosas siluetas. Nadie...