6.26.2006

Padrino certificado


Hace un mes me pidieron que fuera padrino de una niña preciosa, hija de unos muy queridos amigos. Acepté con gran entusiasmo y platicamos de mi nueva responsabilidad. Lo que no sabía es que antes de poder atender a la ceremonia tenía que tomar un curso en la iglesia acerca del "bautismo". Nadie pudo predecir lo que me esperaba.

Un jueves por la noche llegué a la iglesia de Sta. María de Guadalupe en la Condesa. Estábamos reunidos 15 personas esperando poder salir de ahí lo antes posible con el papel que validaba nuestra calidad humana y convicción como futuros padrinos. Sillas de plástico, galletas surtidas y un ambiente en el que todos eran amables y cordiales como esperando que esto les diera puntos para poder salir más rápido del lugar.

Una mujer cincuentona con una cruz de tal tamaño que parecía chaleco antibalas, salió por una pequeña puerta. Todos amablemente la saludamos y tomamos posición de estar listos, pero ella con toda la tranquilidad del mundo siguió sacando sus cosas de una bolsa de plástico. No sé si pensaba que el tenernos más tiempo en el lugar nos haría mejores cristianos.

Después de una larga plática de los sacramentos y varios bostezos prolongados nos dimos cuenta de que la sesión iba a ser interminable. Empecé a acomodarme en la silla y pensar que en verdad lo que estaba escuchando no agregaría nada de valor a la vida de mi futura ahijada. Cuando en eso algo de la plática me llamó la atención, "por ejemplo, no pueden ponerle a su ahijada Brandy por que no lo permite nuestra iglesia" dijo la ponente. Brandy, quién en su sano juicio pensaría que un nombre correcto para su hija sería Brandy! Qué no fueron todos a la primaria donde un nombre así te llevaría a hacerte mejor amigo de la encargada de la tiendita por que los demás no te hablarían.

La gran ventaja es que pensando en todas las maldades que le podrían hacer a una pequeña niña llamada Brandy se me pasaron las cerca de dos décadas que duró el curso y obtuve mi comprobante de que ya era un padrino certificado. Y no sólo eso, salí del lugar con una gran enseñanza, lo mejor que puede hacer un padrino es influir en la decisión del nombre de la ahijada en cuestión.

Nadie...

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